Tuve el privilegio de ponerme en contacto con los belgas de Neo-Prophet hace tan solo un par de semanas luego de encontrar variados comentarios positivos de su álbum debut Monsters. Si bien el disco es del 2008, no es una placa recién salida del horno, valía la pena ser presentada aquí en Planeta Rock como parte de los mejores trabajos del género. Está claro que no formará parte de los mejores del año, ni tampoco del mes, aunque si me hubiera topado antes con dicha placa, otro hubiese sido el cantar.
El disco arranca bien arriba con The Truth y The Vast Machine, una mezcla de Saga en la primera, y Threshold en la segunda, con pasajes accesibles, clásicos y a su vez, oscuros. Dichas características se repiten a lo largo de toda la placa tal cual lo buscaron desde un principio, ya que Neo-Prophet nació tomando parte de los mejores sonidos de los ’70 y ’80, pero adaptados a nuestros tiempos.
(March of the) Boneless tiene una atmósfera sensacional, sobre todo desde la intro de teclado que coquetea entre el art rock, y el rock clásico, para luego irrumpir en un fino solo de viola a cargo de Frank Debruyne. Esta canción me hizo acordar muchísimo a los norteamericanos New Machine. En general poseen similitudes sorprendentes, aunque tal vez ni siquiera hayan escuchado nada de ellos.
La segunda parte del CD, a mi entender no es tan contundente como el arranque, posee puntos altos como la tranquila Song X, y la “Queenera”, 911 Pianoid, pero decepciona la mini obra conceptual The New Prophet, dividida en seis partes, y más de veinte minutos de duración. No me convenció.
Sin duda, un arranque fenomenal, lamentablemente poco visto en estos días, pero que gracias a bandas como la de éstos belgas, de tanto en tanto nos damos ese gustito. Ustedes también deberían darse ese gusto, vale 100% la pena.
El disco arranca bien arriba con The Truth y The Vast Machine, una mezcla de Saga en la primera, y Threshold en la segunda, con pasajes accesibles, clásicos y a su vez, oscuros. Dichas características se repiten a lo largo de toda la placa tal cual lo buscaron desde un principio, ya que Neo-Prophet nació tomando parte de los mejores sonidos de los ’70 y ’80, pero adaptados a nuestros tiempos.
(March of the) Boneless tiene una atmósfera sensacional, sobre todo desde la intro de teclado que coquetea entre el art rock, y el rock clásico, para luego irrumpir en un fino solo de viola a cargo de Frank Debruyne. Esta canción me hizo acordar muchísimo a los norteamericanos New Machine. En general poseen similitudes sorprendentes, aunque tal vez ni siquiera hayan escuchado nada de ellos.
La segunda parte del CD, a mi entender no es tan contundente como el arranque, posee puntos altos como la tranquila Song X, y la “Queenera”, 911 Pianoid, pero decepciona la mini obra conceptual The New Prophet, dividida en seis partes, y más de veinte minutos de duración. No me convenció.
Sin duda, un arranque fenomenal, lamentablemente poco visto en estos días, pero que gracias a bandas como la de éstos belgas, de tanto en tanto nos damos ese gustito. Ustedes también deberían darse ese gusto, vale 100% la pena.
