
A veinticinco años del nacimiento de una de las bandas más emblemáticas del rock progresivo mundial, los Pendragon han decidido festejar su aniversario con la edición de un nuevo trabajo en estudio, Pure, el cual a esta altura ya tiene un par de meses, pero que aquí en Planeta Rock, no hemos querido dejar pasar por alto.
Su anterior placa, Believe de 2005, nada tiene que ver a lo nuevo de los Pendragon, donde claro se mantiene su estilo de base, el neo-progresivo, pero ésta vez se han volcado hacia sonidos un tanto mas duros, por momentos diría bordeando el metal más elaborado. Tal es el caso de la trilogía Comatose, donde a lo largo de sus trece minutos, hacen una perfecta combinación de estilos a lo Dream Theater y Porcupine Tree. La misma tendencia se repite con la apertura Indigo, a su vez el tema más largo del LP, y en el cual luego de un auspicioso comienzo del clásico rock progresivo de tintes melosos, pasan al progresivo más oscuro que les he escuchado en su larga y rica historia. Interesante incursión.
Eraserhead, el track número dos, es la típica pista made in Pendragon, en donde los pirotécnicos solos de Clive Nolan tras las teclas, y de Nick Barret desde las cuerdas, se disputan el protagonismo del tema, y juegan una guerra de egos que son todo un deleite para el escucha. No sé si es la mejor canción del álbum, pero le pega en el palo.
Como dije en el comienzo, no se trata de una placa más en la vida de éstos ingleses, ya que han dejado de lado el convencionalismo de una clásica banda de rock neo-progresivo, para incursionar en nuevos sonidos. Y en esa veta encontramos a The Freak Show, aquí sí tal vez el mejor track del álbum, y en el que se mezclan el rock psicodélico, el metal progresivo y la música electrónica. Gran papel de Barret en voces.
Por último, ésta obra conceptual basada en un hombre contorsionista, termina de la mano de It’s Only Me, el tema más lento e intimista del disco, y el cual aporta unos porotos más al resultado final. No se pierdan el solo de guitarra de Barret hacia el final del mismo. Todo un espaldarazo al buen gusto, en un CD que seguramente no será de sus mejores, pero que formará parte sin ninguna duda de los más interesantes del año en el género.
Alexis L. Berman